Todo cuidador conoce la sensación de llegar a casa al final del día totalmente agotado. Quizá se siente en el suelo de la cocina y coma cereales fríos directamente de la caja para cenar o quizá simplemente se meta en la ducha y llore de agotamiento y estrés. Aunque estas reacciones no son infrecuentes, tampoco son del todo saludables. Aunque no hay duda de que cuidar es un trabajo estresante y emocionalmente exigente y que algunos conflictos son inevitables, tampoco hay duda de que una de las cosas más importantes que pueden hacer los cuidadores es cuidarse a sí mismos.
Cuando un cuidador se agota como resultado de un cuidado propio inadecuado o insuficiente, no le queda nada que dar a los clientes. Esto da lugar a una atención deficiente del cliente y al riesgo de pasar por alto importantes señales de alarma. Además, los cuidadores quemados corren un alto riesgo de resentirse con su trabajo y abandonar por completo este campo tan importante.
Afortunadamente, los cuidadores que se centran en proporcionarse a sí mismos un autocuidado positivo pueden seguir prestando un buen servicio a los clientes durante muchos años.
Aunque es muy importante que los cuidadores sean conscientes de la importancia del autocuidado, el concepto es extraño para la mayoría de las personas que ejercen profesiones de ayuda. Normalmente, los cuidadores están increíblemente dedicados a sus clientes y es muy fácil pasar los días sin pensar mucho en el estado de su propio cuerpo o mente. Por desgracia, esto acaba inevitablemente en un desastre para el cuidador. He aquí las cuatro razones principales por las que el autocuidado es tan importante para los cuidadores:
1. Cuidar es un riesgo para la salud.
Un estudio tras otro ha demostrado que el cuidado de personas pone en riesgo su salud personal. Más del 60% de los cuidadores sufren algún nivel de depresión clínica, una gran mayoría toma medicamentos recetados para los trastornos de ansiedad, y la mayoría de los cuidadores son increíblemente reacios a frenar o buscar ayuda.
2. La mayoría de los cuidadores lo son en casa y en el trabajo.
El 75% de todos los cuidadores de Colombia son mujeres que también tienen familias y cónyuges que mantener. Algunos cuidadores son adultos que cuidan de sus padres ancianos y otros son adultos que también atienden a hijos adultos que necesitan ayuda adicional.
3. Cuidar es una fuente de intenso estrés.
Los días duros, las noches largas y las mañanas tempranas se suman para crear un entorno estresante para el cuidador. Desgraciadamente, el estrés es un factor que influye en la mayoría de las enfermedades graves y, si no se controla, tiene el potencial de tener un grave impacto negativo en la vida del cuidador.
4. Es imposible ser un buen cuidador sin cuidarse a sí mismo.
Seguro que has oído el dicho «No se puede dar agua a nadie si el pozo está seco» y no hay profesión en la que esto sea más cierto que la de cuidador. Para ser un cuidador de calidad día tras día, es importante asegurarse de que el pozo de la salud emocional y mental esté lleno a diario
1. Busque apoyo.
La mayoría de nosotros hemos crecido en una cultura que nos dice que somos débiles si pedimos ayuda. Por desgracia, esto es falso y perjudicial. Ser un cuidador significa aprender a buscar apoyo de cualquier manera que resuene con usted – ya sea el apoyo emocional de la oración o un grupo de la iglesia, el apoyo físico de masajes semanales, o el apoyo mental de hablar con amigos cercanos y miembros de la familia. También hay docenas de grupos de apoyo para cuidadores, tanto en Internet como en persona, en todo el país, que pueden ayudar a los cuidadores a sobrellevar el estrés y las exigencias de su trabajo de forma saludable y productiva. Independientemente de cómo elija buscar apoyo, hacerlo es uno de los aspectos más importantes para mantener su salud personal.
2. Permita la comodidad.
Como te dedicas a cuidar de otras personas todo el día, es importante que también te cuides a ti mismo de vez en cuando. Una de las mejores maneras de hacerlo es dejar un amplio espacio cada semana para algo que te reconforte. Puede ser leer un libro favorito, ver vídeos inspiradores, cocinar y disfrutar de una comida favorita o pasar tiempo con un ser querido. Estos momentos de consuelo son increíblemente importantes para reponer las reservas emocionales y mantener a raya el estrés.
3. Enfréntate a la culpa.
La mayoría de los cuidadores sienten un enorme sentimiento de culpa por no poder «arreglar» todo. Esto se ve agravado por el hecho de que la mayoría de los cuidadores prestan atención a personas con importantes dificultades físicas o mentales para las que no existe cura. Aunque los cuidados que el cuidador proporciona son importantes para ayudar a estas personas a llevar una vida digna y de calidad, a menudo es difícil para el cuidador rectificar el hecho de que, en última instancia, no puede curar a sus clientes ni quitarles la enfermedad. Además, los cuidadores también pueden sentir un enorme sentimiento de culpa por no poder ser el hijo, padre, cónyuge o empleado perfecto. Los cuidadores también se sienten culpables cuando se enfadan, se resienten o se frustran con los clientes.
Parte del autocuidado consiste en aprender a lidiar con esta culpa de forma saludable. Si bien todos los cuidadores experimentan algún nivel de culpa, la forma de afrontarla tiene un gran impacto en la salud mental y emocional. Muchos cuidadores acuden a un consejero en busca de apoyo, mientras que otros recurren a la oración o a las comunidades religiosas para que les ayuden a sobrellevar la situación. También puede ser útil recurrir a amigos y familiares.
4. Establezca límites.
La falta de límites es una de las razones más comunes por las que los cuidadores se sienten agotados y con exceso de trabajo. Aunque la mayoría de los cuidadores dan todo lo que tienen mientras están en el trabajo, es importante ser capaz de establecer límites una vez que la jornada laboral ha terminado. Aunque esta práctica es diferente para cada persona, los métodos más comunes incluyen no consultar el teléfono móvil o el correo electrónico mientras se está en casa con la familia, mantener los temas de trabajo en el trabajo, designar un día para dejar completamente el teléfono móvil en casa y desconectar, o negarse a asumir más de lo que se sabe que se puede manejar. Establecer límites requiere práctica pero, con el tiempo, establecer límites y conocer los propios puede convertirse en dos de las defensas más poderosas contra el resentimiento y el agotamiento.
5. Cuida tu cuerpo.
Es imposible ser bueno en algo o estar sano en cualquier sentido si no cuidas tu cuerpo. Desde dormir lo suficiente y beber suficiente agua hasta hacer un hueco a diario para hacer ejercicio, el cuidado físico es la base de la que surge todo lo demás. Con esto en mente, lleva una botella de agua al trabajo y asegúrate de beber al menos dos litros cada día (una gran pauta mental es un litro antes del desayuno y otro antes de la cena).
Además, debes asegurarte de hacer un hueco para algún tipo de actividad física diaria, ya sea una clase de yoga o un paseo con tu perro. Dedica tiempo a las revisiones periódicas de tu salud y asegúrate de tomar un descanso si sientes que estás enfermo, agotado o excesivamente exhausto. Aunque puede ser difícil de hacer en el momento, a la larga dará sus frutos en forma de una salud más resistente y una mayor capacidad para hacer frente a las dificultades del trabajo.
6. Haz descansos.
Aunque te encante tu trabajo como cuidador, tomarte descansos es una parte importante del autocuidado. Tómate unas vacaciones cada año y dedica tiempo regularmente a las minivacaciones, ya sea en forma de un día libre de vez en cuando o de una pausa para comer en la que salgas al exterior, te sientes al sol, leas un libro y no respondas a las llamadas del trabajo ni a los correos electrónicos. Estas cosas, aunque parezcan sencillas, son enormemente importantes para evitar que te sientas abrumado e infeliz.
Aunque el cuidado de personas es uno de los trabajos más exigentes del mundo, también es uno de los más gratificantes. La mayoría de los cuidadores adoran su trabajo y estos consejos de autocuidado pueden ayudarle a mantenerse sano, feliz, funcional y útil durante muchos años.
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¡Claro que sí! Los cuidadores merecen cuidarse también, ¡sin duda alguna! ¡Todos necesitamos equilibrio!
Totalmente de acuerdo contigo. Los cuidadores son fundamentales y merecen cuidado también. ¡Es hora de reconocer su importancia y brindarles el apoyo que necesitan! ¡Todos merecemos equilibrio en nuestras vidas! ¡Gracias por recordarlo!
¡Totalmente de acuerdo! Los cuidadores merecen cuidarse también, ¡es fundamental para su bienestar!
¡Exactamente! Los cuidadores son la columna vertebral de la sociedad, sin embargo, su bienestar a menudo se pasa por alto. Es hora de que se les reconozca y se les brinde el apoyo y cuidado que merecen. ¡Cuidar a quienes cuidan es una prioridad!
¿Y si cuidar a los demás nos hace olvidar cuidarnos a nosotros mismos? 🤔
No se trata de elegir entre cuidar a los demás y cuidarnos a nosotros mismos, sino de encontrar un equilibrio. Ambas son importantes para nuestro bienestar. Al cuidar a los demás, también nos cuidamos a nosotros mismos al cultivar la empatía y la conexión humana. ¡Todos merecemos amor y atención! 💖
¿Pero qué tal si cuidarse a uno mismo también es cuidar? 🤔🤷♂️
¡Claro que cuidarse a uno mismo es cuidar! Si no te cuidas, ¿cómo vas a cuidar a los demás? La base de ayudar a los demás es estar bien tú primero. No puedes dar lo que no tienes. ¡Así que sí, cuidarnos a nosotros mismos es una forma de cuidar! 👍